‘Las luminosas’ – En realidad es una cuestión de paciencia
‘Las luminosas’ es un thriller bastante curioso, entendiendo esto como un thriller que despierta más nuestra curiosidad que nuestra atención. De forma discreta, y con la misma calma (o parsimonia) con la que se desenvuelve. Un thriller cuyo aspecto diferencial es la introducción, de forma igualmente discreta, de lo que vamos a resumir en una anomalía temporal de la que se vale un asesino y que también afecta a nuestra sufrida protagonista. Así, sin necesidad de entrar a desvelar más detalles.
Estamos en los 90. Ella es Elisabeth Moss, y él es Jamie Bell. Hechas las presentaciones, no hay más misterio en esto y al igual que ocurría en ‘La historia de Lisey’ pero sin la habitual parafernalia fantástica de Stephen King, ‘Las luminosas’ se resume en la crónica de una colisión anunciada. Y así durante ocho episodios entre los que se entrecruzan géneros, personajes y perspectivas sin que nadie asuma el control total. Una mezcla, como digo, que despierta nuestra curiosidad… más que nuestra atención.
Parece lo mismo, más no lo es; menos cuando hablamos de una serie como ‘Las luminosas’ cuyo desarrollo se hace el remolón. Ocho episodios quizá sean excesivos, no tanto para lo que se propone como para que esto repercuta en una intensidad apaciguada. Y esa podría ser la palabra clave: La principal carencia de una serie que no acierta a poner en valor todos sus elementos. No al menos de forma constante y sostenida, tampoco por igual o de manera que resulten de verdad impactantes o contundentes.
Se agradecen como siempre la intenciones, pero la sensación es que en su ambición por abarcar y sobre todo no quedar reducida a la mera caza de un asesino, ‘Las luminosas’ se empequeñece como lo que pretende ser:
Un intenso (o intensito) relato de suspense dramático marcado por un elemento fantástico desestabilizador. La historia es poderosa, sus bases son sólidas y los diversos elementos que la forman son de por sí muy interesantes. Pero no reluce como su título parece querer o ansiar sugerir.
No es tanto una producción fallida como una producción que no llega a darlo todo. No al menos a tiempo completo ni de manera tan eficiente como para que parezca una bola de nieve rodando ladera abajo. Un ritmo algo frustrante y poco eficiente aísla su potencial, así como sus momentazos dentro de una ficción cuyo impacto queda diluido en cuanto se detiene a contemplar sus propias bondades. Hablamos de una serie de Apple aunque bajo su exquisita y pulcra apariencia, en esta ocasión, no todo sea tan exquisito.
No es que ‘Las luminosas’ no merezca la pena: Es, como decía, una serie bastante curiosa, y a partir de ahí, bastante intrigante en virtud al potencial y el interés inherente a una historia que eso sí, no llega a sentirse redonda y que sobre todo requiere algo de tiempo y paciencia.
Su particular premisa, unida a su reparto o su aura a lo el Stephen King de ‘Mr. Mercedes’ (pero sin Brendan Gleeson) son siempre un sustento y aliciente, si bien, en resumen, es como una cadena cuyo eslabón más débil es también el más fuerte. Vía El Séptimo Arte por Wanchope